"Me apoyo en la pared y me cubro la cara con las manos.
¿En qué estabas pensando? No puedo evitar que se me llenen los ojos de
lágrimas. ¿Por qué lloro? Me dejo caer al suelo, enfadada conmigo misma por
esta absurda reacción. Levanto las rodillas y las rodeo con los brazos. Quiero
hacerme lo más pequeña posible. Quizás este disparatado dolor sea más pequeño
cuanto más pequeña me haga. Apoyo la cabeza en las rodillas y dejo que las
irracionales lágrimas fluyan sin freno. Estoy llorando la pérdida de algo
que nunca he tenido. Qué ridículo. Lamentando la pérdida de algo que
nunca ha existido... mis esperanzas frustradas, mis sueños frustrados y mis expectativas
destrozadas".
E. L. James.