lunes, 30 de mayo de 2016

Raíces

Hemos echado raíces la una en la otra.
Raíces que son ya tan profundas que nos necesitamos para vivir.
Sí, vivir, que no es lo mismo que sobrevivir.
Porque si nos arrancaran la una de la otra, estamos tan profundamente arraigadas en lo más hondo de nuestro ser, que nos llevaríamos demasiado de la otra.
No lo suficiente para morir, sobreviviríamos.
Nuestros corazones seguirían latiendo.
Seguiríamos respirando.
Pero si lo suficiente para cambiar.
Para no volver a ser quienes somos.
Para que sí que muera nuestra esencia.
Para cambiar todo, absolutamente todo lo que somos.
Porque soy lo que soy por lo que has aportado en mi.
Porque yo también te he enseñado muchas cosas.
Por ello, a veces,
yo fui la maestra
y tú
fuiste la aprendiz.
Aunque eso la gente no lo entienda.
Porque yo también soy profesora y tu alumna.
Porque eres mi mejor profesora y yo soy tu mejor alumna.
Porque eres mi mejor amiga.
Sí.
Y se queda corto.
Todo, absolutamente todo, se queda corto.
Mi bolita de cristal.