miércoles, 2 de marzo de 2016

La moneda

Tengo dos lados. Como todos, tengo dos lados. Uno oscuro. Siniestro. Malvado. Irracional. Impulsivo. Algo paranoide. Desagradable. Lejano. Poco receptivo en consecuencia de haberlo sido demasiado. Y el lado claro. El bueno. No hay mucho. Pero sobre todo hay amistad. Entrega incondicional. Dar. Sin límite ni medidas.
Todo eso está dentro de mi. Todo. Lo malo y lo bueno. La oscuridad y la claridad. En mi vida, yo elijo la parte que quiero potenciar. Lo que quiero ser.
Sí. Es cierto. Pero también es verdad que hay personas que me hacen ser con ellas lo que ellas quieran que yo sea. Personas que iluminan. Persiérnagas. Personas que son mi sol. Ven mi lado brillante. Pero brilla porque me dan luz. Ellas amanecen, permanecen y atardecen. Incluso capaces de seguir dándome su luz a través de la luna y las estrellas, cuando la noche, mi lado oscuro, más está emergente. Así es el poder del sol. De las personas "sol". Sin contemplaciones, ellas me miran de frente y me iluminan toda. Sin dejarme un ápice de oscuridad.

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