miércoles, 2 de marzo de 2016

Contigo. Siempre.

Me quedo contigo. Siempre. Ante cualquier situación. En cualquier lugar. No importa cómo. Me quedo contigo. En cualquier circunstancia. Sea cual sea la batalla. O la victoria. O la derrota. Me quedo contigo. Me quedo con tus manías. Tus virtudes. Tus maravillosas virtudes. Pero sobre todo, me quedo con tus defectos. Con todos y cada uno de tus desesperantes defectos. Me quedo contigo. Me quedo con tu personalidad. Con tu asombrosa, frustrante y enloquecedora personalidad. Con todo tu carácter. Todo. Entero. Sin excepción. Con toda tu bondad. Con todo tu enorme y discreto corazón. Me quedo contigo. Me quedo con tus momentos conmigo. Con mis momentos contigo. Con nuestros momentos. Con esos momentos. Me quedo con nuestra inexplicable e increíble conexión. Me quedo contigo. Me quedo con tus manos apretando fuerte las mías. Me quedo con tus abrazos. Mis abrazos. Nuestros abrazos. Esos abrazos. Ese abrazo. Ese. Me quedo contigo. Me quedo con cada "te quiero" que me has dado. Con esos que no han salido de tu boca. Sino de tus acciones. De tus detalles. De ti. Me quedo con tus "te quiero" sin voz pero con fuerza, antes que con cualquier "te quiero", venga de quien venga, venga de donde venga, venga como venga. Con los tuyos. Me quedo contigo. Contigo. Antes que con cualquier otra persona, lugar o cosa. Contigo. Me quedo CONTIGO siempre. Me quedo contigo SIEMPRE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario