Pasa que una vez sientes algo que jamás habías sentido, algo
único, incomparable, que te llena, que te hace sentir plenamente feliz en ese
instante. Desde ese momento nada será igual, porque a partir de ahí tu vida
consistirá en encontrar más atisbos de esa sensación. A veces te sentirás
frustrada por no conseguir toparte con nada. Incluso olvidarás que lo buscas.
Simplemente vives cada día sin pensar que pasa a tu alrededor, que hay en el
mundo, cuanto tienes que ver y cuanto que descubrir.
Y un día de casualidad vuelves a revivir esa felicidad
interior, y todo se te da la vuelta. Es como la droga. Solo quieres encontrar
más, ver más, sentir más. Sabes que eso es lo que te hará feliz. O quizás
simplemente sabes que sin eso no serás completamente feliz. Sabes que tu vida
estará completa si consigues lograr tu objetivo. Lo mejor que te puede pasar es
encontrar aquello que te ilusiona y dedicarte a ello. Porque la ilusión es la
más poderosa de las fuerzas.
Todas las personas sentimos cosas hermosas, pero hay algunas
que tienen la capacidad de mostrarlo de un modo u otro. Entonces nos sentimos
identificados con eso que nosotros no nos atrevemos a expresar, y es cuando
sentimos ese atisbo de satisfacción de haber encontrado tu alma materializada.
Porque el ser humano es así por naturaleza. Siempre materializa y adora. Ejemplo
claro es la imaginería.
Así, los grandes genios son capaces de sacar lo que llevan
dentro mediante la música, mediante la pintura, la escultura, la arquitectura,
mediante la escritura, el baile… Todas estas cosas no son más que formas de
expresarnos que tenemos, es arte. Hay arte muy complejo, que no se conoce, pero
no por ello lo rechaces. Busca la razón, porque lo que tú piensas que es una
mancha negra sin sentido en un lienzo, puede ser el alma desamparada de un
joven que sufre desamor…Un libro, una canción, un baile, una representación
artística... un cuadro, puede cambiarte la vida.