domingo, 18 de junio de 2017

Mariposa de fuego

Estoy posada. No vuelo. Parezco una estatua, según dicen, una obra de arte. Pura luz. Mariposa magia. No. No soy luz incandescente. No. No ilumino por brillar. Empatizo el dolor, sintiéndolo más mío que el propio. Me encuentro por el camino con otras especies que si van volando por la vida. Por eso siempre acabo quedándome sola. Las luciérnagas vuelan. Pasan. Viven. Yo estoy estática. Están conmigo intensamente mientras pasan a mi lado. Pero siempre acaban continuando. Y es lógico. Es lo normal. Pero yo no puedo volar. Porque lo que ilumina no es luz, es fuego. Incendio. Si bato las alas me acabaré consumiendo.